Tillich es un teólogo ensayista: ha escrito una de las obras más
completas de la teología de nuestro siglo, la Teología
sistemática (1951-1963). La reflexión teológica que desarrolla, se da entre
dos polos: la verdad del mensaje cristiano y la interpretación de
esta verdad, que debe tener en cuenta la situación en que se
encuentra el destinatario del mensaje mismo. La correlación instituye “una interdependencia entre dos
factores independientes”: las preguntas existenciales y las respuestas
teológicas. Las preguntas existenciales surgen de la situación existencial
del hombre. El hombre es la pregunta, no la respuesta: el hombre puede darse
respuestas, pero éstas no serían una experiencia de revelación.
1. La correlación entre razón
y revelación
En la primera parte de la Teología sistemática se desarrolla
la correlación entre razón y revelación. La razón, mientras no sea sólo
razón técnica, sino razón ontológica que se interroga sobre el ser remite a
algo que la trasciende: “La revelación no destruye la razón, sino que es ía
razón la que suscita la cuestión de la revelación”; “La razón no se opone a la
revelación, sino que pregunta a la revelación en cuanto que ésta significa la
reintegración de la razón”.
2. La correlación entre el ser
y Dios
En la segunda parte de la
Teología sistemática se desarrolla la
correlación entre el ser y Dios. El hombre se plantea el problema del
ser y experimenta la finitud como la amenaza del no-ser. La angustia ontológica
es la conciencia de la finitud.
Tillich asume únicamente la instancia de análisis de la finitud
humana, elabora una serie de preguntas a las que responde la revelación:
"Dios" es la respuesta a la pregunta implícita en la finitud del
hombre; El es el nombre de lo que interesa en último término al hombre. Dios es
«el ser en sí». Tillich recupera esta afirmación de la teología medieval
utilizando la analogía entis, que nos da la única justificación
posible para hablar de Dios en general. Se basa en el hecho de que Dios debe
ser entendido como el ser-mismo.
Pero el atributo más peculiar que evidencia el método de la
correlación es el de «potencia del ser» (power of being, Macht des Seins): Dios
es la potencia del ser que resiste y vence al no-ser; es un poder santo y lleno
de amor; es la respuesta a la búsqueda de un coraje que nos permita vencer la
angustia de la finitud (Dios omnipotente), la negatividad de la transitoriedad
temporal (Dios eterno), la inseguridad de las limitaciones espaciales (Dios
omnipresente), la angustia de la duda y del absurdo (Dios omnisciente). La
preocupación constante de Tillich es desvelar a Dios, experimentando y
practicando el método de la correlación, el secreto, el misterio, la
profundidad del mundo y de la vida.
3. La correlación entre la existencia
y Cristo
En la tercera parte de la
Teología sistemática- se desarrolla la
correlación entre la existencia y Cristo. Según Tillich, la sustancia
cristológica de la tradición debe ser mantenida, pero a la vez expresada de una
nueva manera, según el método de la correlación: se debe sustituir los
conceptos estáticos de naturaleza humana y naturaleza divina por los conceptos
relacionales, que operan una correlación entre la pregunta que surge de la
existencia alienada del hombre y la respuesta que constituye la figura de Jesús
como el Cristo.
En la realidad histórica, el hombre se encuentra en estado de
alienación del fundamento de su ser, de su propio ser y de los otros seres. La
alienación no es una categoría bíblica, pero está implícita en muchas
descripciones bíblicas relativas a la existencia humana caída y debe integrarse
en la categoría de pecado, que expresa el carácter personal de la alienación
frente al aspecto trágico y universal de la misma: “La condición del hombre es alienación, pero su alienación es pecado”.
4. El sentido y el cumplimiento
de la historia
La quinta y última parte
de la Teología
Sistemática se pregunta por el sentido y el
cumplimiento de la historia, estableciendo una correlación entre la historia y
el Reino de Dios: en términos escolásticos, retoma, según el método de la
correlación, la sustancia de la escatología.
¿Qué sentido tiene la historia? Más allá de las respuestas negativas y
de las respuestas positivas seculares, el cristianismo propone el símbolo
religioso del Reino de Dios.
En la obra del teólogo norteamericano Richard Niebuhr Christ and Culture (1956), se especifican
cinco tipos fundamentales que expresan de diversos modos la relación entre
cristianismo y cultura, tal como emergen de la historia del cristianismo. La
visión de Tillich constituye un tipo original, que Armbruster califica con la fórmula “el Cristo profundidad de
la cultura”, lo cual, en. términos de filosofía de la religión, se expresa en
la concepción de la religión como interés último; en términos de teología de la
cultura, con la teoría de la teonomía de
la cultura; y en términos de teología sistemática, con el método de la correlación.
Tillich, aunque casi nunca se
refiere explícitamente a Schleiermacher,
retoma en nuestro siglo el mismo proyecto de mediación y de síntesis entre fe y
cultura, esbozado ya en sus juveniles 72 Tesis de 1913, claramente
enunciado en la conferencia de Berlín de 1919, preparado en las lecciones sobre
Filosofía de la religión de 1925, y proseguido a través de sus múltiples
escritos, cuya expresión fundamental son la Teología de la cultura y la Teología
sistemática. Tanto Schieiermacher
como Tillich se mueven entre neo-ortodoxia y racionalismo y tratan de abrir
una nueva vía para sacar a la teología de su aislamiento; ambas son
teologías en pugna con la cultura: es ésta la línea definida como «teología del diálogo».
Bibliografía
Rosino Gibellini. La Teología del siglo XX. Santander: Editorial Sal Terrae, 1998. Pp. 100-111.