INTRODUCCIÓN
La obra fundamental de Barth fue la “Dogmática Eclesiástica” con sus 14
tomos y 10 mil páginas. Pero su obra primera es la “Epístola a los Romanos”.
Ha escrito en alguna oportunidad de la historia
externa y de la historia interna de su teología. En Suiza descubrió que la
teología liberal que había aprendido en las grandes universidades alemanas, no
lo capacitaba para hablar de la palabra de Dios a la realidad cotidiana (luchas
sindicales de su comunidad). De esa meditación nació el comentario a la
epístola a los romanos.
La historia externa pasa por los años de la
guerra en que el teólogo en su postura produce una teología contra el nazismo.
Escribe a los cristianos en Gran Bretaña, Francia, los países escandinavos
animándolos a defender la causa de la dignidad humana contra el totalitarismo
Nazi.
La historia interna de esa teología es un nombre
que se le dieron a su teología: dialéctica, neo-ortodoxa, teología de crisis.
Dichos nombres surgen por el rompimiento de Barth con la teología liberal de
sus maestros; por otra de su evidente disposición a releer a los reformadores,
a los padres y los teólogos y tomar en serio lo que ellos dijeron.
Dialéctica debe entenderse, en el mismo sentido.
La palabra de Dios no es equivoca o ambigua. No se la puede apresar en nuestras
formulaciones, a esa palabra que será mayor nos invitara a seguir escuchando.
No se trata de alcanzar una síntesis sistemática (Hegel) sino de una dialéctica
abierta, a la libertad soberana de Dios. Crisis por lo tanto juicio y necesidad
de decidir, es una actitud: reconocernos bajo el juicio divino, llamados al
arrepentimiento, y convocados al compromiso.
Gracia nos hace reconocer como pecadores,
perdidos enemigos de Dios, no solo en nuestros actos malos sino aun en nuestras
mejores realizaciones. En tiempos de la Guerra Mundial, el Teólogo anuncia que la
Gracia es Misericordia, es luz y esperanza, es confianza y por lo tanto acción
y compromiso.
El hombre verdadero el nombre de ese evangelio
no es otro que Jesucristo. Barth tiene que destruir el antropocentrismo
liberal y por eso Jesucristo es el NO de DIOS, el extraño que no se deja
poseer en nuestra experiencia.
Barth va a ir acentuando la visión de Jesucristo
como la humanidad de Dios, un Dios que en Jesucristo está antes que nosotros en
la creación, con nosotros en el Hijo y en nosotros en su Espíritu no aislado en
su esencia divina , sino el Dios por nosotros, y especialmente por los más
pequeños, los más débiles, despreciados y desprotegidos.
¿De qué
sirve a los latinoamericanos, continente de pobreza y marginación, leer a
Barth? Barth
nos enseña a los pueblos oprimidos que
el único Libertador es Jesucristo. Él es quien trae Buenas nuevas a los pobres. Para completar, debe
estar la respuesta de la comunidad de fe que recibe con confianza y obediencia
su palabra. La teología de Barth no descartó ningún tema como ajeno o profano:
ley, familia, comunidad civil, guerra, paz, enfermedad y salud.
Bart nos recuerda hacer una teología que busque
la palabra de Dios, de que está presente con los necesitados para desde allí
construirla.
PREFACIO.
“El canto del Cisne”: clases de Barth que expresan brevemente su teología
evangélica.
1.
EL LUGAR DE LA TEOLOGÍA: PRIMERA CLASE: ACLARACION.
La palabra teología
parece indicar que en ella, como Ciencia especial, trata de percibir a Dios de
comprenderlo y enunciarlo, hay muchas
teologías dado que de Dios salen muchos conceptos. Hay una cosa que
comparten entre ellas, cada una se considera, como la mejor puesto que es la
más acertada de todas.
La teología a la cual
queremos dar una introducción es la teología
evangélica, que partiendo de la historia de Israel salió a luz en los
escritos del nuevo testamento y que fue redescubierta en la Reforma. Pero no toda teología
protestante es teología evangélica.
Hay teología evangélica también en el ámbito romano u otras
variaciones. Es la teología evangélica
la que busca percibir al Dios del evangelio, al Dios que revela en el
evangelio, que habla a los hombres, que actúa en ellos y le marca el camino.
Describiremos las características en cuanto se aplican a la
ciencia teológica.
1. Es Dios quien se sigue
revelando y que permanentemente debe ser descubierto de nuevo y en donde la
teología no tiene ningún control. Es Dios el que no puede ser reproducido por
ninguna ciencia humana. La teología evangélica es por exigencia de su contenido
una Ciencia Modesta.
2. La teología evangélica
trabaja con tres suposiciones subordinadas.
a. Con el hecho de la
existencia humana.
b. Con la fe de aquella
persona dispuesta a reconocer a Dios.
c. Con la razón como la capacidad de conocer al Dios que se
revela.
3. El contenido de la
teología evangélica es Dios, la historia de sus actos, en ella se revelan y
en ella comprueba su existencia y su esencia.
La teología evangélica
no está llamada a repetir la historia en la cual Dios es el que es, su tarea es
la de dar cuenta de ella en forma clara y explícita. Ella ha de distinguir una
y otra vez entre lo viejo y lo nuevo, entre el ayer el hoy y el mañana de su
presencia y acción sin perder de vista de que son una unidad, es una ciencia
crítica y expuesta a la crisis.
4. El Dios del evangelio no
es un Dios solitario que se basta a sí mismo y es absoluto.
El Dios de Schleiermacher no tiene misericordia pero el Dios del
evangelio si la tiene. Es la unidad de vida como Padre Hijo Espíritu Santo y
puede relacionarse con una realidad distinta a Él junto al hombre como padre,
hermano y amigo. El Dios que es contenido de la teología evangélica es tan sublime como humilde. La teología
evangélica tiene que ver con el Inmanuel: Dios con nosotros.
2.
SEGUNDA CLASE: PALABRA
Como lugar de la
teología entenderemos la posición de salida que le corresponde desde adentro,
como la que su propósito exige, el lugar a partir del cual ella debe anunciar
en todas sus disciplinas: la bíblica, la histórica, la sistemática, la práctica.
El vocablo teología
contiene el concepto de logos. La teología es lógica y luego determinada por el
theos. Y logos
significa palabra. Ella misma es palabra: palabra del hombre que responde.
La Palabra de Dios es la
Palabra que Dios ha pronunciado en medio de los hombres,
dirigiéndola a todos, la que pronuncia y pronunciara. Es el actuar de Dios entre los hombre porque
su actuar no es mudo sino elocuente.
La palabra de Dios es evangelio: buena palabra porque es
el obrar bueno de Dios que haya en ella su expresión. En su palabra Dios
revela su obrar en su alianza con los hombres. Se revela así mismo como el
primer contratante de esa alianza. Revela al hombre como creatura suya, como
deudor, perdido, pero sostenido y salvado por su gracia y, de esa manera,
liberado para El para su servicio.
La teología
responde a la palabra que emite en la
historia de Israel que culmina en Jesucristo. Esa palabra es la que la teología
evangélica debe escuchar cada vez de nuevo entender y anunciar.
La culminación se da en
el hecho de que Dios mismo se aloja en aquel hombre, Jesucristo, actúa y obra a
través de Él. De esa manera el Dios Israel le da su expresión plena a la
alianza establecida con su pueblo.
La historia de
Jesucristo se dio en beneficio de Israel. De esta manera la Palabra de Dios emitida en
la historia de Jesucristo, hecha carne en él
es palabra conclusiva a Israel.
3.
TERCERA CLASE: LOS
TESTIGOS
Son los testigos de la Palabra los que han sido
llamados por la palabra misma a escucharla y han sido encarga de confirmarla
entre los seres humanos estamos hablando de los testigos bíblicos, profetas del
antiguo testamento y apóstoles del Nuevo
Testamento. Son los testigos oculares de la historia de la cual Dios.
Estableció su alianza con el hombre. Concretamente es el logos de Dios que
encuentra en el Testimonio de ellos de lo que se ocupa la teología evangélica.
Ellos son (profetas del
antiguo testamento) los que han hecho oír la palabra de Yahvé y la han fijado
por escrito para las generaciones futuras, cada cual en el contexto de su
tiempo cultura problemática y lenguaje.
Los apóstoles del nuevo
testamento palparon la culminación de la alianza y la aparición del contratante
humano obediente a Dios: del Señor que como siervo vivió en lugar de los
desobedientes y reconcilió con su contratante divino.
Intentaremos aclarar la
relación de la teología evangélica con este testimonio bíblico:
1. Lo que la teología tiene
en común con la profecía y el apostolado es que se trata de una respuesta
humana a la palabra divina.
2. La teología no es ni
profecía ni apostolado. Su relación con la palabra de Dios no es comparable con la
del testimonio bíblico, porque ella solo puede conocer la Palabra de Dios de segunda mano: solo el reflejo y el
eco del testimonio bíblico.
3. No puede ubicarse por
encima de los testigos bíblicos. El teólogo podrá tener mejores
conocimientos pero no podrá pretender
saber más que ellos de La
Palabra de Dios
4. La teología tiene su
lugar debajo de los escritos bíblicos. Dado que son escritos sagrados que requieren
respeto y atención especial.
5. Esa única cosa esencial
es el haber conocido al Dios del evangelio, un conocimiento que ningún teólogo
trae consigo. La teología se hace posibilidad y realidad cuando el Dios del
evangelio se encuentra con ella en el reflejo y en el eco de la palabra
profética y apostólica.
6. En la Sagrada Escritura
la teología es un testimonio de la obra y palabra de Dios. La teología
evangélica es el conocimiento del Dios “enteramente rico” de su secreto único
en la plenitud abundante de sus concejos caminos y juicios.
7. La teología responde al
logos de Dios en su intento de percibirlo, en su testimonio bíblico y de darle
expresión nuevamente. Investiga, interrogando a los textos de la Escritura para descubrir
el testimonio y el sentido de Dios
4.
CUARTA CLASE: LA COMUNIDAD
El lugar de la teología
frente a la Palabra
de Dios está situado concretamente en la comunidad. La cristiandad: comunión de
los santos de las personas que mediante
el testimonios original de los profetas y apóstoles han sido alcanzadas y
conmovidas por ella de tal manera que no pudieron sustraerse a su mensaje y su
llamado sino que llegaron a recibirla y a su disposición estar como testigos
con su vida su pensar y su hablar. La obra de la comunidad consiste también en
su Palabra hablada y escrita:
Una manifestación de su
vida que se le impone como predicación como enseñanza y el dialogo que le
incumbe como tarea pastoral y es en ese punto que comienzan el servicio de la
teología en la comunidad. En dicha teología puede estar el problema de la
comprensión correcta de la palabra que fundamenta su fe. La cuestión de la
verdad es si la comunidad está entendiendo la palabra expresada en todo aquel acontecer como la Verdad. El
trabajo teológico es propio de la comunidad el hecho de procurar
superficialidades, razonamientos torcidos y encontrar su obstáculo en la causa
de Dios en el mundo.
La actividad en la
teología en la comunidad, su investigación y enseñanza no son fines en sí, sino
una función de la comunidad y
específicamente de su ministerio divino.
Debe entrenarlos en el
manejo debido de la cuestión de la verdad, ejemplificar la comprensión,
reflexión y proclamación en esa materia e inculcarles y habituarlos a pensar
que no hay nada que puede darse por sobreentendido en ese contexto.
5.
QUINTA CLASE: EL
ESPÍRITU
La teología debe
realizar su trabajo, renunciando a toda presuposición que le asegure. Si la
teología presupusiera aquellos enunciados suyos como el poder que lo sostiene
eso significaría que ella a su vez domina aquel poder y dispone de el para su propia
voluntad. Es pues con prudencia que hablamos
del poder oculto en aquellas frases que es inasible no solo para el
mundo de afuera sino para la comunidad y la teología que está al servicio de
ella. Es el poder que está presente en
la historia de la salvación y revelación en el escuchar y hablar de
los testigos bíblicos en el ser y actuar
de la comunidad en la proclamación. Un
poder que crea seguridad, que es eficaz que ningún maestro teólogo puede jugar
con él y que no lo puede tener en la mano. Solo puede permitir que su pensar y
hablar sean controlados por Él, nunca a la inversa. Con esta soberanía obro en
la historia del Emanuel en los apóstoles, profetas, reunión, edificación y
misión de la comunidad. Ruaj, es el
nombre bíblico de ese poder soberano y
ambos señalan el aire movido y el que mueve; soplo viento y también
tempestad. 2ª Corintios 3:17, “allí
donde está el Espíritu del Señor allí hay libertad”.
Aquella libertad de Dios
para mover a las personas para que se abran, de destrabarlas y liberarlas para
Él. Eso es lo que hace Dios, el
Señor que es el Espíritu.
En la teología
evangélica es el Espíritu y no ella quien escudriña todo, también las
profundidades de Dios.
Bibliografía
Karl Barth. “Introducción a la Teología Evangélica”. Pp. 11-79