El contexto para la "teología de la liberación"
·
La situación de pobreza estructural del
continente, agudizada en los años 70 con la política desarrollista.
·
La irrupción del pobre en la historia.
·
La aspiración de los oprimidos a liberarse de
sus cadenas.
·
El nacimiento de los movimientos populares de
liberación.
·
La presencia activa de los cristianos en los
procesos históricos de liberación.
· Y, el compromiso
del conjunto de la
Iglesia latinoamericana en la defensa de las mayorías
populares.
Estos acontecimientos ejercieron una
influencia decisiva en el cambio del discurso cristiano y en la génesis de una
nueva hermenéutica de la fe, llamada teología de la liberación.
Es a partir de
1964, en pleno Concilio Vatcano II, cuando un grupo de teólogos y pastoralistas
latinoamericanos cae en la cuenta de que la teología elaborada en América
Latina era dependiente del discurso del Norte y vivía en estado de alienación.
Se siente la
necesidad de elaborar una teología no estructurada al estilo europeo, sino a
partir de la identidad cultural del continente latinoamericano y de la
situación de opresión en que vive.
Los autores y obras más significativas que
marcan el comienzo de una nueva etapa son los siguientes:
Gustavo Gutiérrez: “Perspectivas, y
Opresión-liberación”. Sacerdote peruano que es considerado el padre de la TL.
Hugo Assmann: “Desafío a los cristianos”.
Teólogo brasileño considerado el más crítico y radical en sus planteamientos.
Juan Luis Segundo: “De la sociedad a la
teología”. Jesuita uruguayo, considerado el más sistemático y denso.
Rubén Alves: “Cristianismo, ¿opio o
liberación”. Teólogo presbiteriano brasileño, que elabora su reflexión
teológica en diálogo con las nuevas corrientes de filosofía crítica.
Algunos rasgos que ayudan a
identificar de manera precisa la teología de la liberación
1. Teología fundamental y no teología de
genitivo
La TL no es una teología de
genitivo, cuya originalidad consista en
incorporar la liberación como nuevo tema a la reflexión cristiana. Estas
teologías (Las europeas: del trabajo, del progreso, de la cultura de la técnica,
etc) se proponían ampliar el campo temático de la reflexión cristiana, cometido
que no se corresponde con la TL.
Tampoco ha de
entenderse como una parte de la teología moral que se ocupe de los problemas
sociopolíticos propios de los países subdesarrollados. Es verdad que la
teología que la TL,
ha dado lugar a la elaboración de una ética liberadora, pero eso no quiere
decir que se reduzca a ella.
La TL se autocomprende como
teología fundamental, y se ocupa de repensar el contenido de la revelación,
pero no en abstracto, sino en su concreción histórica y de explicitar la
autocomunicación de Dios a los hombres que viven bajo el peso de la miseria
humana, descubriendo en el pobre el verdadero rostro de Dios.
2. Teología política “desde la América Latina
dependiente y dominada”
La teología se
mueve en un horizonte que considera lo político como el ámbito más amplio
abarcador y decisivo de la existencia humana, lo político no es una región más
de la realidad, sino que ésta se encuentra mediada políticamente. Esta hermenéutica
teológica tiene muy en cuenta la dimensión política de nuestra vida y sus
condicionamientos sociales y las posibilidades de cambio de la realidad. Y
desde ahí intenta comprender e interpretar el evangelio, descubriendo en él su
necesaria e ineludible dimensión política.
3. Nuevo método teológico
Gutierrez define
la TL como
“reflexión crítica de la praxis histórica a la luz de la Palabra” este elemento no
estaba presente en la reflexión teológica anterior: la praxis histórica.
El nuevo método
consiste en que, la teología es, en
realidad, acto segundo; el hablar sobre Dios viene después del “compromiso
de caridad” que es el acto primero. Esta observación constituye el punto
decisivo de la TL
y supone una verdadera revolución en la metodología teológica.
4. La perspectiva del pobre
Hacer teología
desde el lugar de los pobres comporta, para ellos, no una simple preocupación teórica por los sectores marginados de
la sociedad, ni una atención desde fuera
al mundo de los oprimidos; sino que significa
hablar de Dios desde la opción por los pobres.
Gutiérrez afirma
que los pobres son “las clases explotadas, las razas marginadas, las culturas despreciadas”. Ellos son la clave para comprender la
revelación de Dios a los hombres y para captar el significado profundo de la
salvación aportada por Cristo. Ellos son el lugar teológico por excelencia
y, más en concreto, el lugar originante
y los principales inspiradores de la TL (por ello la importancia de las ciencias sociales
para los teólogos). Pero no se quedan ahí, sino que se ocupan prioritariamente
de descubrir la densidad teológica, cristológica, eclesiológica y soteriológica
de los pobres.
Dos son las
razones en que se apoyan los teólogos de la liberación para fundamentar la
opción por los pobres. La primera es bíblico –teológica; la segunda es política.
a. La bíblico teológica, se da a través de la
identificación de Jesús con los pobres, en su nacimiento, en su crucifixión, y
en su enseñanza (Mt. 25:40-45). La salvación y la condenación se juegan, en
último término en la praxis histórica de liberación para con los pobres y en el
olvido de los pobres, respectivamente.
b. En sus razones políticas, la lucha contra la
pobreza implica para la TL
la lucha contra las estructuras injustas para alumbrar una sociedad nueva y un
hombre nuevo. Se trata de quebrar el modo de producción capitalista y de
construir el socialismo. Con el término “socialismo”, los teólogos de la
liberación se refieren más directamente a la ruptura política y económica con
el capitalismo que a un modelo político y económico perfectamente diseñando.
5. Parcialidad y universidad de la TL
En el discurso de la TL, la parcialidad no se opone
a la universalidad, pues, según el juicio certero de Juan Luis Segundo
refiriéndose a la teología negra de Cone, que es aplicable a la TL, la consecución de un alto grado de universalidades una interpretación
de hechos radica en la elección correcta del compromiso y de la parcialidad de
nuestro punto de vista. La universalidad cobra todo su sentido “en la
profundidad de la condición humana que se revela en una comunidad oprimida y
necesitada de libertad".
Se trata de una
universalidad que pasa por lo concreto, que se encarna en lo limitado y asume
lo transitorio. Esa es “la única que merece el nombre de universal”. Una
universalidad que no pasa por lo concreto cae irremisiblemente en la
abstracción o, lo que es peor, en la imposición de algo particular como
universal, como le sucede a la teología europea.
6. Tentaciones de la TL
·
Descuido de la raíces místicas, de donde brota
todo verdadero compromiso por la liberación, supervalorando la acción política.
·
Inflación del aspecto político de las cuestiones
relativas a la opresión y a la liberación, en perjuicio de otras dimensiones
más gratuitas, más profundamente humanas y evangélicas.
Bibliografía
Tamayo Acosta,
Juan José. Para comprender la teología de la liberación. Estella: Verbo
Divino, 1989.